¿Cuándo se debe acudir a un logopeda?

Señales en el niño de cuando acudir a un logopeda

En la actualidad hay una tendencia a quitar importancia respecto a las posibles pequeñas señales que presentan algunos de nuestros hijos/as cuando están en la fase de desarrollo del habla y del lenguaje. Entonces, ¿Cuándo se debe acudir a un logopeda?

Es frecuente que pensemos que es algo puntual y que desaparecerá con el paso del tiempo, sin embargo, en numerosas ocasiones, dicha espera podría ser perjudicial sobre nuestro pequeño. 

La claves con las que detectaremos si es preciso recurrir a un logopeda

Las logopedas lo advierten, señalando que es recomendable recurrir a un especialista cuando observamos determinadas señales de alerta.

En estos temas es importante actuar: “es necesario descartar frases como ‘espera’, ‘ya hablará’ o por ejemplo ‘todavía es pequeño’, se suelen dejar oír por la consulta la mayoría de las cuales no son acertadas».

Es por ello que aconsejan a las familias ponerse en manos de logopedas cuando los niños presentan diferencias respecto a su edad, tales como

  • La falta de gesticulación.
  • Dificultad para socializar.
  • Problemas de comprensión.
  • Tener problemas para comunicarse.
  • Que no hablen como los demás.

Indicios de que debemos acudir a un logopeda

Recurrir a un especialista del habla

Con el fin de que puedas evaluar qué señales constituyen un signo de advertencia en el proceso de desarrollo del lenguaje para los niños pequeños.

A continuación te explicamos en qué se divide cada etapa, desde que son bebés hasta los seis años, y a qué síntomas debes prestar atención.

Hasta los seis meses: no llora, no sonríe ni balbucea

Las primeras señales de alerta en un bebé es que no llora con regularidad ni emite los típicos balbuceos, ni muestra la sonrisa social.

En esta fase es habitual un llanto diferente cuando necesita alimentarse o dormir, o bien por sentir un malestar. 

También es característico que se relaje con la voz de su madre y que se interese por las caras y la sonrisa social. Además, los bebés suelen empezar a vocalizar y balbucear, y reconocen cuando se les llama por su nombre.

Hasta el primer año: habla sin consonantes y falta de interacción

Primer año de edad para recurrir a un especialista del habla

Si detectamos que nuestro hijo se expresa sólo mediante vocales y no se involucra en juegos infantiles, como el cucú, ni responde a los pequeños intercambios verbales que hacemos con él, pueden ser señales de alarma.

Señalar también que entre los 6 y los 12 meses por lo general es posible que el bebé se inicie en los primeros juegos con gestos orales, y repita los sonidos vocales como «pa-pa» y «ma-ma», pero sin referirse de forma directa, y entienda las palabras «adiós» y «hola», además de otras

Entre el año y el año y medio: pocas palabras y sin señalar

Si nuestro hijo no dice tres palabras, detectamos que olvida algunas habilidades orales que había aprendido y no señala, debemos saber que esto no es habitual en la etapa de 12 a 18 meses.

Hay que tener en cuenta que a partir del primer año suelen pronunciar órdenes verbales y decir tres palabras con una finalidad concreta y no por mera repetición, como «mamá, agua». 

También es habitual que indiquen zonas de su cuerpo y aprendan nuevas palabras.

La edad hasta los dos años: todavía los niños no nombran a las personas

Etapa infantil con logopedas

De forma específica, de 18 a 24 meses constituye el lapso más relevante en la etapa de desarrollo del lenguaje.

A partir de ese momento, estos niños dominan unas 25 palabras, que se combinan entre sí, y aprenden la sintaxis. Son capaces de seguir un orden sencillo y reconocer su nombre«.

Llegado a esta etapa, es poco frecuente que no mencionen nombres o «mamá», o bien que no sean conscientes de sencillas consignas. 

Asimismo, hay otras señales preocupantes, como no señalar las distintas partes del cuerpo o no reconocerlas.

De los dos a los tres años: problemas para construir oraciones

Durante esta etapa de la vida, el niño vive una eclosión lingüística. Es capaz de formar oraciones con tres palabras, preguntando «¿qué?» y comprendiendo órdenes orales más complejas que en las anteriores etapas.

Los signos de alarma durante esta etapa es que nuestro pequeño es incapaz de entender instrucciones de dos palabras y no utiliza frases de dos palabras.

Hasta los cuatro años: la incomprensión por parte de los demás

La importancia de acudir a un logopeda

Para esta edad, nuestro hijo ya cuenta con más vocabulario, elabora frases largas formadas por cuatro palabras, hace preguntas del tipo «¿por qué?», y comprende órdenes lingüísticas más elaboradas con las que se entiende lo que dice.

Por ello, en este período conviene considerar la opción de acudir a profesionales cuando el/la niño/a no comprenda las órdenes con tres palabras, no emplee frases de tres palabras, o no amplíe su vocabulario, o bien los demás no comprendan lo que dice.

De los cinco a los seis años: imposibilidad de contar alguna vivencia

En ese periodo, para los niños es mayor la seguridad en sí mismos y la disposición a expresarse, a contar sus propias experiencias, formando frases más complejas y haciéndose entender cuando hablan.

Y hasta los seis años: ausencia de expresión y comprensión

Más allá de comprender y entender lo que se habla con él/ella, a la edad de cinco y seis años es cuando tiene un correcto nivel de desarrollo lingüístico ya emplea frases de mayor dificultad y nos explica con claridad y con una construcción y vocalización que todos podemos interpretar, sus experiencias y otras anécdotas fáciles.

Llegados a esta etapa, hay que acudir a ese profesional cuando detectemos que el menor no comprende lo que se le está hablando, ni usa frases y no relaciona sus experiencias con claridad y no se le entiende lo que dice.

La importancia de acudir a un logopeda

Ayuda en el habla

El desarrollo de los niños se inicia desde que son apenas nacidos y retienen esta capacidad de desarrollo del lenguaje hasta los 6 años de edad.

La adquisición del lenguaje es un continuo encadenado; por tanto, si se produce algún retraso en el habla o en algún momento del crecimiento y no se actúa, el resto de los procesos se verán inevitablemente alterados.

En consecuencia, es muy importante que, si consideramos los problemas de nuestro hijo/a, nos pongamos en contacto con un/a logopeda con el fin de que no repercuta con otros aspectos, tales como el propio desarrollo del lenguaje, la socialización o a nivel emocional.

De este modo, nuestras logopedas y psicólogas están de acuerdo en que recurrir a un especialista a tiempo es fundamental, pues proporciona mejoras en el pronóstico de los niños/as.

Igualmente, a lo largo de la infancia, las necesidades de los niños se hacen cada vez mayores, tanto a nivel de percepción de la comunicación, como en el ámbito de la socialización, aprendizaje emocional y el desarrollo escolar.